Demasiado feliz soy.
Y no es porque la gracia divina haya llegado como un rayo a mi cabeza, a mi corazon sobre todo. No. Es porque yo me encargo todos los dias que mi vida y mi felicidad esté conmigo y no allá afuera donde nadie está para nadie, y nadie se queda ni colabora para la vida de nadie... La humanidad y sus cosas, las relaciones humanas y sus consecuencias.
Viva la vida y el amor incondicional que siento todos los días!
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