sábado, 31 de marzo de 2007

Mi espacio...

Vengo bajando de un cerro muy alto, que de tantas curvas que tiene - y en las que esperaba marearme al menos- descubro que es tal cual la vida.
Mi amiga Ximena, la mèdica que todos conocen ( y de seguro es asì porque si mal no recuerdo al menos nos conocemos ella y yo hace 10 años, y es como un pedazo de mi carne) me hizo una invitaciòn a la que debiera referirme al menos como feroz: Un encuentro conmigo.
Pero es mayor: Un encuentro con las decisiones que he tomado en la vida, la consecuencia de mis actos, la manera de como me reconozco enferma desde donde quiero estarlo, el compromiso que tengo conmigo y mis cosas, las elecciones, los permisos, los abandonos, el dolor, la pèrdida,lo que yo em provoco con mis elecciones, lo que permito,etc.
5 dìas bastaron para que el silencio, y el oìr historias poco perfectas, tan similares unas de otras, fue el comienzo de reconocerse humilde y capaz de mejorar.
Me reconozco incrèdula.Me reconozco muda frente al dolor ajeno y porque no decirlo: tambièn tìmida de reconocer mis dolores y el pasado que quiero olvidar no citàndolo, no recordando, no hablando, no nada.
Y es que asi me he curado y llenado de olvido. Me ha sido el remedio efectivo.
La segunda pata del taller es muy intensa , del 11 de abril al 15 de 9 de la mañana hasta cerca de las 12 de la noche o màs. Se me hace todo, pero debo romper eso. Debo reprogramarme desde la cabeza y soltarme el corazòn. En realidad este taller es una mezcla de eso y yo por mucho que me calle, debo hablar desde lo profundo del dolor para entrar en mi, acogerme y quedarme ahì.

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