Yo no he querido matarla ni por un solo momento.
Es más. Hasta siento que me la traje aquí en mi maleta, acarreándola como quien se trae un amuleto a la partida.
Eso sí el paisaje aquí es más amable, que estar atorada en la urbe capitalina con los 35º C, arrancando de los recuerdos, cuando en cada vereda , se aparece alguno...
El amor es un espacio de descompensación, de eso estoy segura.Sino como me explico yo que de ser tan adherida y consecuente a mis sentimientos(o a mi otra locura de turno) de la noche a la mañana me fui a encatrar sin parar por 2 semanas seguidas, con la sensación que esa vida sí podría mantenerse para siempre. Qué idiota.
Mi teoría más se acerca, a que entre mi locura y la de ella, vinieron a juntarse la euforia de nuestras patologías, y con ello la transcendencia- que podría haber sido- como no quedó en eso, se hizo una sarta de recuerdos que al menos saben menos amargos, con un paisaje y personas muy distintas a las que regularmente veo.Y así fue.
Heme aquí con la musa en los ultimos estertores a distancia, con mucha poesía, con mucha música a cuestas,y con un negocio millonario entre manos que podría delegar para no verla más.
No puedo creer que siendo así tal cual como soy, la vida venga a ser un eposidio completo, intenso mágico, bello, casi imposible de considerar cierto, para arrastrar después un baúl de recuerdos que cuanto me cansa andar trayendo.
¡¡¡ALZHEIMER VEN A MI!!!!
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