Parece ser que la marca de mi vida es el abandono. Y es tan curioso, que yo conociendo esa sentencia de tan cerca, no logre siquiera a incorporarla en mis afectos.
Un buen día soñé que no era sueño lo que estaba viviendo. Que sí , yo merecía que me trataran bien al fin. Y nada. Todo duraría 2 semanas. El pasado estaría tan presente en recuerdos de maltrato, que por mucho que mi alma quisiera espantarle esas penas, el gen ese del ejercicio mal hecho, de la insalubridad mental vendría sin duda a incubarse sin salida, a meterse al medio como quien clava una estaca en la cima de un cerro.
Me agobia saber que me sobre expongo tanto mostrandome completa, siendo tal cual soy, para siempre saber nada es para siempre como canta la gran Fabiana Cantilo.
Y así no más, se me venció la visa, el pasaporte, y tal cual le dije: me quedaré en tu vida el tiempo que tu quieras que en él esté (que pitoniza).
Y este tiempo se acabó, y con esto también la inspiración de los versos, de los besos, de las noches bajo la luna y los paseos.
Me largo. Me voy a la brevedad posible a lamerme nuevamente mis heridas en mi amada IV región,refugio de las penas...
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