martes, 31 de julio de 2012

Fuera de Contexto






Esta vez,

déjame sacarte del convexo y de las propias noches que nos atañan de este tiempo.



Déjame -de reojo en mano-

recordarte balbucear frases inconexas,

casi sin volumen,

quejidos incluidos y lamentos

todo mientras nos reconocemos de a dos. De a dos.



Déjame recordarte,-silencio en mano-

de estos días imprudentes,

de estos días en tus besos

y en mis manos,

en mi boca esta en tus labios permanentes.



Y entonces me quedé otra vez.



Te di esa noche todo lo que quise y que quisiste de mí tener.

Besos y miradas.

Mis manos por tu cuerpo,

y yo ahí , horas detenida en tu espalda.

Esta noche todo fue distinto a esas otras noches en que venías a colgarme el alma como un gancho en tu deseo.



Yo te quería ahí de nuevo y en silencio.



Silencio.



Te di todo esa noche

en el silencio de mi boca,

de saberte

de sentirte

y transmutarte conmigo en ti,

ahí en medio,

como en una pausa.





Y tú siempre en eso de quedarte en tu complacencia,

en el recuerdo de esa noche tersa y soberana…



Ahí me quedé permaneciendo: mis ojos cerrados,

y mi noche entera en tu pelo.



En las ganas del sin fin de la noche

y acurrucarme en tí para oírte,

en ese silencio tuyo perpetuo, de tu respirar suave y sin aliento,

en la sonrisa oculta de tus labios mojados y también secos.



No era yo la que imaginaba: nada de lo que yo podría hoy sentir

se acerca si quiera a un verbo.



Nada.



Vuelves a ser risa.

Vuelves a ser boca.



Vuelvo a ser tu fantasía

hecha carne

y hueso.



Y así,

violada estoy

de tu carne

de tus besos

de abrazarte

de mirarte

y de tenerte entre mi sexo…





No hay comentarios.: