sábado, 21 de julio de 2012
A la muerte de Fatty hoy 21 de Julio de 2012
Las huérfanas a Fatty Fatty, en este próximo día de la madre
Ahí la perra cuelga con sus patas de conejo sobre la cama.
Yo muda y quieta
me acerco sin que me vea en su ceguera
y la beso sorpresivamente.
Suspira. Me tiene toda la ropa desordenada y la cama deshecha.
Llevamos 13 años juntas,
y en estos 2 últimos,
yo la he amado la vida entera.
Me pregunto: ¿Por qué no sigue a sus 2 amas que ya han muerto?
Suspira.
Cada vez que le pregunto hasta cuando va extender su vida,
suspira.
Me acompaña.
Yo digo que somos dos huérfanas y en medio de esto,
ella se lamenta.
Está de noche.
Su cabeza negra se enreda aún más en mi cama deshecha.
Sus patas y cuerpo de ternero pequeño,
se quedan en reposo mientras suspira de nuevo.
Y luego estornuda.
Estornuda y estornuda,
como si tuviera una alergia repentina.
“Es el tic nervioso del amor”
casi oigo a mi madre decírmelo en la oreja…
No hay nada más que mi Fatty Fatty haga,
que eso de quedarse tendida el día entero sobre alguna de mis ropas.
Y me espera.
Y yo he de amarla así.
Sin ladrido,
y sin que me vea.
Tal cual así,
he de amarla hasta que muera.
(Escrito para el taller de poesía de La Trastienda en Mayo del 2012)
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