Oscuridad temprana. Frío y lluvia que todo lo moja.Abrigarse como si no bastara con la temperatura del cuerpo, sino como que hasta el alma necesitara también acalorarse entera.
El sentido del invierno, es introspectivo. De quietud. De observación. De detenerse y reflexión.
Hoy que mis pasos andan en la bella ciudad de Puerto Varas, tengo la sensación de saber que el invierno -este que aparece en el sur de Chile sin tregua alguna- es el momento perfecto para dormirse por largas horas, y renovarse de todo lo despiertos que nos pasamos los humanos en las demás estaciones del año.Y es que el cuerpo, de tanto usarse, también se desgasta y necesita, como los cariños, el descanso.
Entonces heme aquí, entre una bosca calientita leyendo y leyendo. Leyendo los documentos de trabajo con los que debo trabajar mañana y los días que sea necesario, y leyendo libro de mi total y absoluto gusto y placer.
Es una real fortuna trabajar en esto, disponer de mis tiempos y hasta de mis ganas para seguir haciendo de mi vida lo que me da la gana.
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