Jamás imaginé que éste, que fue el día del cumpleaños de mi madre hoy muerta, sería un día tan doloroso también para mi país.
Los estudiantes en Chile desde hace semanas intentan conversar con el gobierno, quien mantiene un diálogo de sordos.
Desde temprano, las amenazas han comenzado desde las autoridades, con frases de la Intendenta de la Región Metropolitana, de "advertencias" (¿amenazas?) que a viva voz a los medios, indicó que " sus hijos podrían salir lesionados". El alcalde de la Municipalidad de Santiago- otro inadecuado- advierte también en su tono que "no les prestaremos la Alameda", y para rematarla, el Ministro del Interior, (una suerte de ciudadano que vino a reencarnar el rol de Pinochet) advierte textual que "el tiempo de las marchas se terminó".
Estas declaraciones de la autoridad, realmente son una bajeza cívica, que en mi corazón, no me hace volverme más que a 20 y poco más años atras, cuando la dictadura con la que nací, volviera en este espectro de ciudadanos que hoy gobiernan, y que en ese entonces, fueron discípulos de Pinochet y su banda completa de música. Terrorífico.
Y hay más, siniestro incluso, es que aún cuando la autoridad insiste en "estar cumpliendo con la ley", el Articulo 19 nº 13 de la Constitución Política de Chile de 1980 ( la que Pinochet dejó como una herencia maldita, y que no se cambia) dice textual " que la Constitución asegura a todas las personas: El derecho a reunirse sin permiso previo y sin armas"
No he visto una sola arma entre los estudiantes que solo quieren acercarse a la casa de gobierno y manifestar su descontento con el lucro de la educación en Chile, que sí es de usura.
¿Acaso será político y socialmente adecuado pagar un promedio de U$730 mensuales por cada estudiante universitario, de carrera promedio, y esto por al menos 5 años? = U$ 43.800 , y sin tesis, sin exámen de grado y otras sumas que aquí en Chile , se exigen, cuando el sueldo mínimo en Chile es de casi U$ 380, sumas con la que viven a veces familias de 4-5 y más personas?
El lucro en la educación privada es un hecho. Y los dueños de las universidades privadas, son los que hoy gobiernan y no se cansan de tener. El vil dinero que a todos separa y otros junta. Las familias de clase media en Chile están todas endeudadas por esto. Ya no hay más tregua, claramente.
Mi madre - que en paz descanse- estudió Servicio Social en la Universidad de Chile, egresando el año 1964, y ejerció su profesión por más de 40 años, a modo de hacer un mejor país. O sea: que su ejercicio profesional fuera no para enriquecerse ella, sino para retribuír, agradecer al Estado chileno, la posibilidad que tuvo de tener educación superior fiscal, de excelencia y gratuíta.
Hoy los estudiantes solo quieren finalmente , terminar sus carreras , llenarse de dinero ejerciendo su profesión ¡ PARA PODER PAGAR LOS MILLONES QUE DEBEN AL TERMINAR! ¿ Dónde quedó la vocación, el idealismo, las ganas de hacer un país mejor?
Que tristeza tengo hoy en el alma, y no es coincidencia, que este día feroz de represión a los estudiantes en Santiago de Chile, en mi amado Chile, además sea el día en que ella hubiera cumplido 73 años y tampoco está.
Tal vez y -muy probablemente- ella se hubiera puesto a rezar, entre medio de los cacerolazos que se escuchan ya, para que esta noche larga de marcha y resistencia, no muera ningún joven chileno en este movimiento, aunque este tipo de cosas, con este tipo de intercomunicadores que dialogan sin oirse, sin entenderse, mirandose sin verse, desgraciadamente se sellan con sangre.
Noche triste. Muy triste.
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