martes, 1 de septiembre de 2009

Me niego a ser privada (Publicación Nº 150)

Dado el escándalo que han provocado las cartas de amor entre 2 mujeres, ni más ni menos que las de la premio Nobel chilena Gabriela Mistral, aquí en mi Chile lindo lleno de machismos y complejos, es que me atrevo a declarar que mi vida privada es la misma que la pública.

¡No es posible diferenciar las vidas de esa manera y menos en estos tiempos!

Ahora bien.La vida en los tiempos de la Mistral era claramente otra. Solo se podía andar con una mina colgando del brazo siendo mujer y soltera, siempre y cuando ésta tuviera algún rol de empleada en su vida, y ningún otro protagonismo más:la secretaria.

Ay de cuantas veces a la gente se le confunde todo en el ojo de la duda. ¿Por qué no preguntan mejor directamente si alguna sospecha de algo tienen?

Me he escandalizado con las opinones de los medios y de cuanta gente pública quiso expresarse con la confirmación del amor entre estas 2 mujeres.

La respuesta a todos estos comentarios tiene como base: el machismo chileno.
¡El maldito, mal habido y vivido machismo con el que forman nuestras madres también chilenas!

No es sorpresa para nadie, que nuestro otro Premio Nobel se haya paseado de cama en cama con cuanta musa lo sorprendió por ahí. Les escribió versos eróticos, cartas, y hasta las invitó a pasear a lugar exóticos, escribiéndoles libros completos dedicados todos a su pasión:el cuerpo de las mujeres. Era hombre y heterosexual. Podía entonces andar con la promiscuidad de uniforme y nadie diría nada. Es más. Sería confirmado como hombre. O en el código masculino, sería tal vez más hombre.Tal cual.
Entonces no se de desanime, que las mujeres somos tan la ideales que resultamos ser el objeto de pasión e inspiración de nuestros 2 premios Nobel.
Dato a parte entonces señor lector: si es usted poeta o escritor y quiere optar al Nobel: es necesario que le gusten las mujeres.jajaja!

¿Y si mí me diera hoy mismo por publicar los miles de e mail y cartas que tengo de mis amores en esta vida? ¿Cuál sería mi reputación mañana? Y no es que yo pretenda siquiera ser una de esas fulanas que andan con famosos de fútbol, o de gente de la tele. No. De igual modo sí podrían complicar a varios y a varias,claramente, con la publicaciones de sus deseos sobre mi vida.
Ay que jocoso vivir en este Chile de conventilleo! Aún cuando lo arquitectonico de los conventillos prácticamente no existen ya en Santiago y en vez de ellos, unas enormes casas muy difíciles de mantener se han transformadas en lugares múltifamiliares de peruanos que por estilo de vida,conventillean sin tal vez no saber que es eso.
La Mistral y su amor en una foto que he enmarcado en la puerta de mi casa para el que entienda y el que no también, que Coquimbana fue la Gabriela,este es hoy el altar de este hogar con amigos que llegan.
Me he sumado a la despedida de mi amiga Paola que se va a vivir a Finlandia en un autoexilio como el paso más alto para la vida nueva y dejar de marcar el paso en la super pega que tenía donde de la noche a la mañana le bajaron el sueldo:probablemente porque es mujer y joven,primera víctima para el empresario hábil de los muchos o de tantos exitosos hoy, que incluso llegan a carreras presidenciales que pierden,para luego volver a intentarlas...Total la fortuna no se agota y si ha logrado,es gracias al esfuerzo de los demás.
Me sumo al dolor de mis amigos y amigas sin trabajo en Santiago y angustiados.(Que no son pocos)
Me sumo a la incertidumbre política de todos en estos tiempos de campaña y a los candidatos bloqueados mediáticamente y sin recursos.
Me sumo en solidaridad a la discriminación que se vive en Chile desde encontrar un trabajo con 40 ó 50 años, al de no tener un título universitario.
Me sumo a la de ejercer vida y credo mapuche.
Me sumo a la de ser servidumbre o mano de obra altiplánica barata.
Me sumo al ser un poco más moreno que la media de esta raza mutada araucana/española mal mezclada.
Me sumo como al dolor de las viejas que por gordas en los colectivos de Coquimbo no la dejan subirse.
Me sumo al movimiento gay ,aunque sin discurso ni línea de acción estable y transversal.
Me sumo a los barristas del club popular.
Me sumo a los cisarros de población y de caletas debajo del puente.
Me sumo a los discapacitados que nadie ve ni reconoce, aún cuando a la vista están en una Teletón millonaria cada año.
Me sumo en este Chile que hacemos los chilenos y que tantos han observado de paso y de lejos comentando: ¡Qué lindo es Chile, el problema son los chilenos!
Cada uno, con su cada cual en estas lejanas tierras.

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