Hace mucho que no escribía en este diario de vida pública, tanto como mi alma. Y es que de un tiempo a esta parte no puedo separa mi vida que es una:pública y privada.
Anoche mientras estaba en una reunión con amigas aquí en La Serena, me dí cuenta de lo tanto que a la gente le poco acomoda decir lo que vive, lo que le duele,lo que sobre todo conciencia del alma tiene en relación a su entorno,y expresarlo sin teorías,sin vocabulario aprendido y frases perfectamente armadas por otros.Por otros que, pa más triste historia, ni siquiera fueron nacionales, sino de bien lejos.
En alguna época recuerdo haber memorizado miles de nombres, teorías, lugares, fechas y demases...
Ahora solo me dedico a llenarme de espacios, de nombres y fisonomías que no olvido porque tengo ese chip dentro,incorporado como lavarme los dientes y tomarme las hormonas todas las mañanas.Esas situaciones sí que no olvido.Porque en ellas me quedo con el alma de la gente, algunas heridas, otras tímidas, otras con dolor, otras felices de sus logros materiales, otras llenas de silencios,otras como quieren ser , son...na más, son así.
Al menos aquí la vida en la provincia y las relaciones son cercanas. Se discipa menos la energía y el amor se conserva en un lugar preciso, de resguardo, protegido e inmenso.Se queda.
Estoy siendo muy feliz aquí en La Serena con el día a día que yo eligo vivir.
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