Hasta con muertos en vida fue el velorio de la tía Luchita en Lo Abarca.
Si hasta llegó mi tía Carmen en un tremendo jeep rojo furioso, hablando hasta por los codos a la gente que a ratos la conocía, a ratos no, de lo del rateo del Ministerio de Educación en que está involucrada. Como el que nada hace, nada teme, y en el caso de mi tía llegar a un velorio dando explicaciones de porque no esta presa, y que devolvio 40 millones de los 120 en los que la involucran, es realmente un tema de orate. Y eso a ratos es estar muerta en vida. Perseguida, angustiada, delirantemente hablando además que no le gustan las misas, que no cree mas que en Dios, que ella es muy correcta, etc... Kuaj!
Entonces yo me hago cargo de mi amor incondicional a la pariente y me siento a su lado en la mesa para saludarla ,preguntarle como está y recordarle que no nos veíamos desde el entierro de mi papá y que la última vez que hablamos por teléfono fue cuando la llamé de Europa para mandarla a la cresta porque nunca pagó en mi oficina la comisión por el arriendo de su colegio.
Entonces me responde que está bien, que se compró departamento, que es abuela, que no se qué. Realmente desde su furia, su miedo intenso y su energía dispersa, no la siento nada de bien. Perno no hay caso. Con esta señora de más de 60 años, no se puede sugerir nada más que nada.
Así no más la gente. Cada uno, con su cada uno no más como dice Agustín para todos los efectos.
Además hace 2 semanas se murió también don Camilo, el capataz de este campo lindo, que trabajaba hace mil años aquí, y al que ahora leo en una cruz de madera en el cementerio de Lo Abarca con su nombre de pila: Alamiro del Carmen, y no Camilo. En fin.
Y es que son ya tantos los difuntos , los tíos amados de mi papá en el campo, que no dejo de sentir que de esto nadie se salva.Unos antes y otros después como decía mi papá y así , con esa misma frase , se fué de este mundo hace casi 5 años.
Nada más sentir que los discursos en la iglesia, que transcribimos con la Anita en su computador, fueron de gente con sentir, gente de campo, ahijados y otros agradecidos de la difunta que al parecer se le había olvidado morrise a los 94 años.
Tía Lucha, la linda tía de sonrisa bella y dientes blancos en contraste a su piel oscura y pelo blanco, ahora está en el mismo mausoleo donde esta el tío Manuel, tío Nicolas,Chepo, tía Angelita, y otros.
Me quedo mirando en la mesa del comedor de esta gran casa, como se pasean las mujeres que a ratos rezan,que a ratos lloran, que a ratos cantan, que a ratos suspiran mientras cocinan, limpian el baño, mueven la loza, hierven la tetera como si estuvieran siempre esperando a alguien...ese alguien que siempre llega. Mujeres que no sé de donde salen. Mujeres que llegan pidiendo un delantal para hacer algo. Algo como preparar ensaladas, cazuela, almuerzo. Mujeres para atender a la gente que ayer llegó a cantarle a la difunta, para hoy limpiar la casa y violentamente sacar el catre clinico al sol y ponerle plantas encima. Como en el campo. Mujeres que caminan de un lado a otro ateniendo a la otra enferma que está con morfina hace meses y dice ser feliz.
Mujeres de campo, mujeres en el campo, mujeres que hablan de todo y todo toleran también. Mujeres como matriarcas sin parir y llenas de gente que acompaña.
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