jueves, 21 de agosto de 2008

PODRIAS HABERTE LLAMADO CARLOS...

Te podrías haber llamado Carlos y la vida nos hubiera interrumpido menos.
O por lo menos, hubieramos sentido que a medias los aciertos y los no tanto, se llevan mejor de a dos.
Pero te llamaron de otro modo,
y tu nombre de rima como el mío de verso entero,
vino a meterse tantas veces a mi cama en otros años
ahora a mis palabras,
y otras noches a mis sueños...
Porque no hay senda de esta tierra que no te haye
en la micro que poco usamos,
en el restaurante chino
que ahí sigue con su palmera luminoso amarilla parada como un espantapajaros,
y el bar
donde cerraron las cuentas ,
al que a ratos voy más y después menos,
sigue echando el mismo sanchuche en el plato grande
y mal teniendo la misma mostaza americana,
el ketchup no se cuanto y,
las otras pocimas que con cuchillo bien mezclabas
como musa había y trazo en el lienzo del pintor...
y el sushi aquel,
a punta de arroz, pescado fresco y poca fritura
se multiplica en sucursales,
como las liendres en los colegios no pagados
y pagadísimos también...
Podrías haberte llamado Carlos,
y haber trabajado vendiendo fruta,
o en un banco de lo que fuera,
o de lo que fuera donde fuera,
pero te dedicaste a escribir mal
o a escribir con desatino y descalabro anónimo,
con,
desde,
para ti
y tu egoismo de hacha,
que como han de verte,
te aturdió el alma,
echó tus carnes a la abundancia
y al abandono de tus dìas...
Pudiste haberte llamado Carlos,
y así tu nombre no haberse acoplado a ninguna palabra...
Podrias haber tenido un segundo nombre también,
como se hace en las familias que bautizan,
para que ennoblezca,
y que enumera a veces,
nombre que no hubiera olvidado más también,
tanto como el que tienes y que oigo como un mantra...
mientras no lo escribo,
mientras no lo digo.
Podrías haberte llamado Carlos,
y otro gallo nos cantarìa: de eso sí estoy segura.

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