jueves, 19 de julio de 2007

¿Quièn llorarà en el andèn a tu partida?

Me pregunto yo si no es fàcil entonces hacerse de un amor.
No lo es. Y no hablo desde el instinto o aseguramiento. No. Hablo desde la misma escencia de la vida. Desde el principio que nadie niega. Desde ahì.
Me enamorè. Y profundamente. Y desde ahi no tengo nada màs que limpiar, que decir, que rogar, que gritar. Y no me arrepiento de nada y me hago cargo.
El amor era existencia, cotidiano, valor, fuerza. El mìo, el que yo dì. Ninguna de estas palabras pueden salir de entre mis manos sin fuerza, sin verdad porque la hay.
¿Alguien la esperarà como lo hice? ¿Alguien podrà complacer sus gustos de salame, panes diversos, pastas, buen vino tinto, chocolates rellenos con cherry a media noche, cactus para la coleccion, fuentes de agua, viajes a la cordillera y el mar, al norte, paseos por la ciudad, de flores bajo la escalera, de sorpresas cualquiera?
Demasido amor. Demasiado amor. Tanto que me alcanzò hasta su prolongaciòn, y su familia entera. Me duele que no se haga cargo de su familia y entienda que hacer la propia es eliminar la de origen.
¿Por què me duele que me duela? No debo hacerme del dolor, màs aùn cuando es ajeno...pero Carla por Dios, ya no puedo màs que telepatizar la espera...

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