Me hago cargo de los afectos que reparto por el mundo, como responsable tambièn me hago de mi vida.
Desde ahi entonces que partì con mi madre y misià Angèlica, una de mis amigas de la secta, y su hija Fernanda de 4 años a Isla Negra, lugar que creì sagrado, inaccesible despuès que la poco integra y misera de amor de la Carla, fuera capaz de prohibirme acercarme a alguien de su familia, en este caso su padre quien vive solo ahi a sus 75 años confesados.
Me atrevì entonces a visitarlo, almorzamos juntos y paseamos por San Antonio arreglando un telèfono celular que ni el ni yo entendiamos mucho. Y fue increible volver a vernos y confirmar la amistad y el amor como signo de confianza e incondicionalidad.
Gracias Jaime por estar tan cerca a pesar del casi año que estuvimos distanciados.
Tambièn pasar al campo de mis tios siempre es un momento alegre y de recuerdos aunque queden solo 3 de los 7 tios que conocì de niña y este sea la ultima modernidad del barrio...